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Un maskil de Asaf:
¿Por qué nos has rechazado para siempre, O Elohim,
con tu ira encendida contra el rebaño que pastoreas?
2
Recuérdate de tu congregación, la que compraste hace mucho tiempo,
la tribu que redimiste para ser la tuya propia.[221]
Recuerda el Monte Tziyon, donde viniste a habitar.[222]
3
Apura tus pasos a estas ruinas sin fin,
al Lugar Kadosh devastado por el enemigo.
4
Y aquellos que te odian, se jactaron en medio de tu Festividad;
ellos levantaron sus banderas por señal.
5
El lugar lucía como lugar tupido con árboles
cuando los leñadores lo comienzan a cortar con el hacha.
6
Con hachas y martillos ellos golpearon
destrozando toda la madera tallada.
7
Prendieron fuego a tu Lugar Kadosh,
destrozaron y profanaron la morada de Tu Nombre.
8
Ellos se dijeron en su corazón: "Todos sus hermanos juntos,
vengan vamos a abolir las Festividades de Elohim en La Tierra.
9
No vemos nuestras señales, ya no hay profetas;
y Elohim ya no nos conocerá.
10 ¿Hasta cuándo, Elohim, el enemigo reprochará?
¿Provocará el enemigo Tu Nombre para siempre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¡Saca tu mano derecha de tu seno, y termina con ellos! [223]
12 Elohim ha sido mi Rey desde los tiempos antiguos,
El ha traído salvación en el medio de la tierra.
13 En tu poder estableciste el mar,
en el agua destrozaste las cabezas de los monstruos marinos,
14 aplastaste la cabeza del Livyantan y se la diste por alimento a las naciones Kushim.
15 Tú abriste canales para puentes y arroyos,
secaste ríos poderosos.
16 El día es tuyo, y la noche también;
fuiste Tú el que estableció la luz y el sol.
17 Fuiste Tú el que fijó los límites de la tierra,
Tú hiciste el verano y la primavera.
18 Recuerda que ésta es tu creación,
el enemigo ha reprochado a YAHWEH,
cómo un pueblo bruto provoca Tu Nombre.[224]
19 No entregues el alma que te alaba a bestias salvajes,
y no olvides para siempre las almas de tu pobre.
20 Mira tu Pacto, pues los lugares oscuros de La Tierra
están llenos de habitaciones de iniquidad.
21 No dejes que el oprimido retroceda en confusión;
deja que el pobre y menesteroso alabe Tu Nombre.
22 Levántate, O Elohim, y defiende tu causa;
recuerda cómo los hombres embrutecidos te insultan todo el día.
23 No ignores la voz de tus suplicantes,
deja que el orgullo de los que te odian ascienda delante de ti.